Las mudas del plumaje (juvenil, estacional, de defensa y agresiva)

Al igual que a nosotros y al resto de los mamíferos se nos cae periódicamente el pelo, renovándolo, a las aves les ocurre lo mismo con sus plumas.

¡No me mires! ¡¡Estoy a medio arreglar!!

Los periquitos australianos pasan por varias etapas de muda.


Algunas de ellas sirven para identificar su edad y otras nos muestran cambios en las estaciones o temperatura, pero también hay otros factores.




Como veíamos en esta entrada, los pollos nacen con un suave plumón y a medida que se van desarrollando surgen sus primeras plumas. Empiezan en las alas y cola, luego cabeza y espalda y van apareciendo poco a poco por el resto del cuerpo.

Fijáos bien cómo salen las plumas: no surgen abiertas y suaves sino que aparecen en la piel como unos punzones afilados, dentro de esa funda transparente que parece de plástico, la pluma nueva está enrollada y va mostrándose a medida que crece y se deshace la cápsula que la encierra.

Los propios pollitos se acicalan con el pico, ellos mismos hasta donde alcancen y los unos a los otros, ayudándose a liberar las plumas de sus cañones. Lo que parecen "caricias" o un masaje en la cabeza también es muy útil para deshacerse de esos molestos tubitos y estrenar plumas.

Y si no hay nadie que quiera ayudar, siempre se pueden rascar ellos mismos con las patas o frotándose contra las perchas o barrotes de la jaula, como hace el ejemplar de la foto inferior.

Sobre los 3-4 meses hay una etapa de muda importante que se denomina muda juvenil.
En ella, entre otros cambios, desaparecen las ondulaciones de la frente quedando un "casco" blanco o amarillo.
Esta muda es muy localizada, pues sólo afecta a la máscara (frente y mejillas).

Luego sobre los 6 meses comienzan a renovar todo el plumaje del cuerpo hasta adquirir su color definitivo.

Un par de veces al año, habitualmente coincidiendo con la llegada del frío y del calor, cambiarán las dos plumas largas de la cola y paulatinamente las del resto del cuerpo, para así tener un plumaje siempre perfecto, que les facilite el vuelo.
En esas épocas de muda, se recomienda poner una bañera para que al mojarse, el agua les ayude a desprenderse de los cañones y se abran antes las plumas nuevas.

Indy acicalándose: con el pico se limpia las largas plumas de la cola

La calefacción puede provocar una muda anormal, debido al rápido aumento de temperatura el organismo se cree que ha cambiado el tiempo a una estación más calurosa. 

Esos tubitos que se ven en la cara
encierran nuevas plumas a punto de salir.

Por ello nos encontraremos en pocos días un montón de plumas en la jaula y al periquito algo apagado, ya que hacer crecer tantas plumas supone mucho gasto de energía y el ave se encontrará más débil, incluso embolado. 

Será necesario ayudarlo dando algunas vitaminas que complementen su dieta equilibrada.

No es raro que tras algún susto, el periquito haya soltado las plumas de la cola o alas (de una o ambas) súbitamente. 

A eso se le llama muda de defensa y es exactamente lo mismo que pasa con las lagartijas: cuando un depredador (o que creen que lo es) les ataca, sueltan algunas plumas largas para poder huir de él, dejándole entretenido con esas plumas. Es lo que le pasó al pollito de la foto de la izquierda (ojo, no confundir con la muda francesa). Luego vuelven a crecer con normalidad.

En ocasiones nos podemos encontrar ante una muda agresiva. Esto es, un cambio de plumaje que se realiza de forma brusca, suele ser localizada en la frente y algunas partes del pecho, dejando zonas calvas.

Ulises sufrió una muda agresiva en frente y mejillas.
Parecen marcas de una pelea, pero no fue así

En esta muda tan llamativa, en vez de caerse poco a poco las plumas, el periquito se quedará con zonas de la piel al descubierto. Luego aparecerán unos puntitos oscuros que mucha gente confunde con ácaros o piojillo, pero no tiene nada que ver: es sólo la sombra de los cañones que están a punto de asomar.

Unos días después la frente de Ulises se fue poblando

Se abrirán paso desde la piel, unos punzones color carne que harán parecer al periquito como un erizo. Según vayan creciendo las plumas, esos pinchos serán de color blanco o amarillo.

Al final, tras rascarse y eliminar la cápsula protectora, se abrirán las plumas nuevas, volviendo todo a la normalidad.

Son unos pocos días en los que estarán feuchos y algo tristes, por eso no nos alarmemos si algún día nos encontramos ante un caso así.

Para diferenciarlo de una pelea recordad que en una muda de éstas, no tiene que haber heridas: los cañones de las plumas salen limpiamente de la piel.




Os quiero mostrar el caso más llamativo de muda agresiva que he tenido.
Este macho, Tristán, un día apareció feísimo: con una gran calva en la frente cerca de la cera, las plumas de la cabeza como si se tras una noche loca se acabara de despertar, y en el pecho y abdomen también zonas sin plumas. En definitiva, el pobre estaba hecho un cristo.

En la foto anterior sólo se le ve una pata, pero es porque está apoyado así (no, no está cojo, sólo le faltaba eso al pobre). Si hubiera estado más débil, seguramente necesitaría usar ambas patas para descansar. Eso nos muestra que aunque estuviera feísimo y que parecía que le habían dado una paliza, estaba sano... ese aspecto era sólo algo temporal.  Por suerte, en poco tiempo se recuperó y volvió su precioso colorido, como se ve en la foto de la derecha:)

En próximas entradas trataré otros efectos producidos en el plumaje: el picaje por estrés o agresión, los ácaros de las plumas, y la temible muda francesa.