Mis periquitos: Ulises

Ulises fue otro de mis primeros periquitos, que compré a finales de 2010 en una tienda de animales.

Como mi objetivo es principalmente el arco iris, buscaba un ejemplar que tuviese características que me faltaban, y entre ellas necesitaba el opalino.

Pero lo que verdaderamente me llamó la atención fue el violeta tan impresionante que tiene, es intenso y vibrante.

Al verse de forma tan evidente, seguro que ese color violeta estaba acompañado por un factor oscuro, es decir, es azul cobalto más factor violeta.

Además, tenía otro gen que me gustaba mucho, el perlado, así que aunque se veía adulto, o mayor de 6 meses (cera definida con un azul intenso, frente sin ondulaciones, ojos con iris claro), no me lo pensé y me lo llevé a casa.


Un efecto curioso del opalino y del perlado es que las ondulaciones de la cabeza y nuca se vuelven tan finas que en ocasiones desaparecen.

Aunque Ulises tiene un buen tamaño, no supera a Ártico, ése es el gigante de mi aviario, ¡sin llegar a ser un periquito inglés!

Meses después, cuando su pareja, Calipso, alcanzó el año de edad, los puse a criar. 

Seguramente a Ulises podría haberle puesto pronto un nido porque se veía adulto, pero es mejor asegurarse: primero una desparasitación cuando llega a casa (cuarentena), y luego dar tiempo a que se conozcan y congenien bien.

¡Un ojos rojos! En esta caso,

es una hembra albina.

Y con su primera nidada, apareció la primera sorpresa: en el nido apareció un polluelo con ojos rojos.

Cabían varias posibilidades: 

- flavo (ambos progenitores tenían que ser portadores). 

- ino (hembra, por ser ligado al sexo y heredarlo sólo del padre. y albina, al ser ambos azules.

- lacewing (alas de encaje. También ligado al sexo como el ino pero añadiendo el canela. Igual que lo anterior, tendría que ser hembra).

Finalmente, ese pollito resultó ser una hembra albina, lo que quería decir que Ulises, además de ser opalino, porta ino... 

O lo que es lo mismo, que en uno de sus cromosomas están a la vez el ino y el opalino, pero visualmente sólo percibimos el opalino, en su fenotipo, porque es la variedad ligada al sexo que tiene "repetida"

Esa hembra albina fue algo inesperado, pero me la quedé y además de tener un carácter estupendo es una madre excelente y se ha convertido en una base para mi proyecto lacewing y arcoíris a la vez... ya lo explicaré en una entrada dedicada a Dánae.

Pero las sorpresas no habían terminado. Un tiempo después le cambié de hembra (olvidaos del mito ese de que los periquitos están con una pareja toda la vida...), y la elegida fue Olimpia, una perlada canela alas claras que tuve unos años en casa (¡gracias Mario!)

Olimpia es otra buenaza como Ulises. Aunque parezca verde es azul cielo cara dorada, así que con ese cruce buscaba obtener algún perlado DF así como machos rostrales portadores de opalino y alas claras, para mi proyecto arcoiris.

Ambos se repartían las tareas de alimentación de los polluelos

Vigilando el nido que todo esté correcto, y seguramente pensando lo pesada que es esa humana con tanta foto, jajaja.

¡Ulises está aquíiiii!

Y ¡cómo no! Llegó la segunda sorpresa, y con varios ejemplares para que no quedasen dudas. Me encontré en el nido con 4 polluelos que no eran de ondulaciones negras como el padre, sino alas claras.        

Eso sólo podía significar que Ulises porta una desmelanización, es decir, alas claras o diluído. 

Si sólo hubiera tenido genes de ondulaciones negras, todos los pollitos habrían tenido ese color en las alas, pero de nuevo el azar, o la suerte había sonreído.

Es lo que tienen las mutaciones recesivas, nunca sabes si te los vas a encontrar.

Aparte de una preciosa supra-arcoíris que viajó a su actual hogar en Toledo, esa parejita me dió dos alas claras que siguen conmigo: 

Telémaco: azul cobalto alas claras, portador de ino-opalino y de canela, y Laertes, cobalto violeta cara dorada, alas claras perlado, portador de opalino y de canela. 

Cada uno tiene un cromosoma distinto heredado de su padre.  

Ulises es muy juguetón y curioso, cuando les renuevo las semillas del comedero es el primero que baja a investigar y no teme a subirse a mis manos, increíble teniendo en cuenta que viene de una tienda (a saber su origen) y ya era adulto. Es todo un donjuán pero no es agresivo ni territorial, lo que hace que se lleve de maravilla con sus compañeros de jaulón.

Un periquito excepcional con un colorido violeta deslumbrante.